Cristina Cifuentes absuelta de la acusación de falsificar su máster por falta de pruebas

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La Audiencia Provincial de Madrid ha absuelto por falta de pruebas a la ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que estaba acusada de falsificar su máster en la Universidad Juan Carlos I. Pese a la dureza de las acusaciones de la fiscal Pilar Santos, que solicitaba para ella una pena de tres años y tres meses de cárcel, el tribunal ha decidido absolver a la ex presidenta madrileña. De hecho, durante las conclusiones del juicio cargó contra ella diciendo: “Nada de lo que ella ha manifestado ha podido ser acreditado”. Hay irregularidades que son notorias. Por su cargo, no se manchó las manos”.

Sobre la ex presidenta dice el fallo que, en cuanto a su actividad como alumna, “ha revelado un conjunto de incongruencias relevantes e incompatibles con la actuación regular de un estudiante de postgrado”. Y añade el tribunal que el hecho de que defendiera o no el TFM “resulta irrelevante” teniendo en cuenta que consta como no presentada en una asignatura.

Lo que sí que dice la sentencia, es que Cifuentes nunca obtuvo el máster, tal y como ella ha defendido sistemáticamente. Así, dice la sentencia que Cifuentes mostró el papel falso que acreditaba que tenía el máster para “evitar las consecuencias políticas a las que debía enfrentarse”, pero también aseguran que “no ha resultado probada ninguna intervención” por su parte en la falsificación del documento, ni tampoco que presionara para que se falsificara. Y apostillan que el hecho de que “exhibiera públicamente” ese documento “no es más que un indicio, no corroborado por otros”.

Una absolución, dos condenas

Cristina Cifuentes ha acudido esta mañana a la sede judicial junto a su hijo y su letrado, José Antonio Choclán, para conocer el resultado del fallo. Durante el juicio, Choclán afirmó que aludía a las «irregularidades» detectadas en una pieza separada en «todos los alumnos investigados», un hecho que quedó patente en la vista oral y que en la instrucción se archivó. «Todo se cocinó en la universidad», manifestó.

Junto a Cifuentes también se sentaron en el banquillo Mayte Feíto, asesora de la Consejería de Educación y funcionaria de la universidad y, según la fiscal, fue la persona que llamó para que se falsificara el máster; y Cecilia Rosado, que reconoció haber falsificado el papel que acreditaba el máster y que ha colaborado con el Ministerio Público.

Respecto de Feito, el tribunal la condena a la pena de tres años de prisión como autora responsable de un delito de falsedad en documento oficial  por la falsificación del acta de Trabajo Fin de Máster de la que fuera máxima responsable del ejecutivo regional. Por su parte, los jueces también condenan a Cecilia Rosado, profesora de la URJC, a un año y seis meses de prisión, tras aplicarle la atenuante de confesión y miedo insuperable y, subsidiariamente, una atenuante muy cualificada por su colaboración con la Justicia.

Durante el juicio, Cristina Cifuentes aseveró al tribunal que no tenía ninguna copia del Trabajo de Fin de Máster. “No tengo los papeles”. Sobre el polémico TFM, la ex presidenta madrileña aseguró ante el tribunal que la juzgaba que lo entregó en un acto «informal» y que «ni siquiera leyó el trabajo, indicando que solo habló algo en líneas generales y sobre la bibliografía».

Cifuentes explicó que Dionisio Ramos le habló del máster en noviembre de 2011 y decidió matricularse al poder compaginarlo con su trabajo como diputada parlamentaria y vicepresidenta de la Asamblea de Madrid. Así, tendría un modelo no presencial con trabajos para suplir la asistencia y los exámenes.

La sentencia

Según explica la sentencia, a la que ha tenido acceso OKDIARIO, la universidad impartió un máster llamado «Máster en Derecho Autonómico y Local», dirigido por Cecilia Rosado, aunque el director real era el fallecido Enrique Álvarez Conde. Dicen los jueces que el curso «estuvo plagado de irregularidades», entre las que destaca que el 8 de mayo de 2014 Cifuentes aparecía como no presentado en una asignatura junto a otro alumno que tenía un notable, cuando ninguno de los dos había tenido contacto alguno con el profesor que la impartía. Sin embargo, en 2018, ese no presentado se cambió por un «Notable», el profesor certificó los cambios tras comprobar que sí había realizado el examen.

Pero dicen los jueces que la entrega del título a Cristina Cifuentes se realizó en 2017, «previa modificación irregular en el año 2014 de las actas de la asignatura impartida, donde vía email se certificó que la ex presidenta de Madrid había obtenido el máster. A partir de ahí, se hizo público este hecho, por lo que se organizó una reunión en el despacho del rector en la que participó la ahora condenada Maye Feíto, «la finalidad de esa reunión era dar respuesta a la información periodística».

En esa reunión Álvarez Conde dijo que todo había sido un error y que Cifuentes sí tenía el máster, por lo que se programó una rueda de prensa. Ante esas palabras, varios de los presentes le requirieron el acta que acreditaba que la entonces presidenta había entregado en TFM. Fue entonces cuando Feíto, para conseguir «que se confeccionase el acta» comenzó a acosar a Rosado con mensajes y llamadas indicándole que «aquella situación debería quedar resuelta como fuere».

Cecilia Rosado, «ante el temor de las posibles consecuencias para su trabajo, confeccionó el acta siguiendo las instrucciones recibidas». Una vez creada el acta, confeccionó una cuenta de correo y la envió al rector de la universidad.

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